miércoles, 22 de julio de 2009

Las armas de la provocación. De yippies, motherfuckers, provos y demás sin-vergüenzas.

NOTA DE EL HEDONISTA: EL DE ACA ALADO ES EL GRAN ABBIE HOFFMAN.


Antón F. Irimia.

Coruña, octubre de 2005.

“Estamos dispersando los mitos de América. Una vez que el mito es expuesto, la estructura detrás de ellos se desmorona como la arena. Resulta el caos. La gente debe crear nuevas realidades. En el proceso creamos nuevos mitos, y estos mitos predicen el futuro.”
Manifiesto Yippie

[Mas:]

Extasiado de alcohol y LSD, Abbie Hoffman rodaba por el suelo y gritaba “¡Yippie!, ¡Yippie! ¡Yippie!” El nuevo movimiento tenía al fin un nombre. El Youth International Party (Partido/Fiesta Internacional de la Juventud) iniciaba su andadura. Los yippies se ponían a la carga.
En las luchas contraculturales de los sesentas, Margolies creyó ver una “polarización wheelie feelie” entre los revolucionarios. Los wheelies serían los partícipes de la vieja izquierda; los políticos que piensan en términos de transformación de las instituciones. Los feelies, como diría Melville, serían los “artistas, los psicólogos y los chamanes del movimiento, avocados a la tarea privada de expandir la conciencia y hacerse más suaves, sensitivos y expresivos.” Pero esto era una exageración, la mayoría de los activistas se encontraban en términos intermedios. Una de las muchas formas intermedias fueron las de los yippies. Según Jerry Rubin, autor del Manifiesto Yippi, “los yippies creen que no puede haber una revolución social sin una revolución de las cabezas ni una revolución de las cabezas sin una revolución social.” Partícipes de esta visión de relación recíproca entre revolución social y revolución personal, y de la necesidad de combinar ambas de forma unitaria, son los grupos o movimientos contraculturales aquí mentados, si bien con sus propias peculiaridades. Ellos son los provos, los motherfuckers, la Weathermen Underground, la Comuna 1, y, como no, los yippies. El presente escrito pretende ser un recordatorio y un pequeño homenaje.

La polarización “wheelie feelie”.

Para los feelies la revolución era una revolución interior o no era nada; más aún, es a través de la revolución personal de los valores como se materializa la transformación social de las instituciones. Para los wheelies, en cambio, es necesario cambiar las estructuras sociales que condicionan las relaciones sociales y la misma esencia social e individual. Los feelies partían de la concepción hipppie que ve en el hombre de organización, el viejo izquierdista, una persona que no está realmente sino engarzado en un “viaje de poder”, un camino hacia la instauración de unas nuevas formas de dominación. La misma lógica burocrática –de partido o sindicato- conlleva la reproducción de los valores, pautas y premisas del sistema que se intenta derrocar. Por otra parte, el problema de los feelies para los wheelies no deja de ser menos obvio: todo movimiento apolítico y meramente personalista está fuertemente inclinado a la falta de responsabilidad y su fácil asimilación por los aparatos ideológicos del estado. Unos y otros tenían razón.

Los yippies intentaron combinar la faceta personalista y anti-burocrática con la de lucha social.

Para Abbie Hoffman, el yippie más conocido, la política no era tanto el voto electoral, las manifestaciones o las ideas filosóficas, como “el modo de vivir de cada uno de nosotros”, una idea muy feelie también muy presente en Rubin. Ahora bien, el yippie no se limitaba a esta revolución interior; quería también una interacción social combativa a través de la guerrilla simbólica. La importancia para la revolución personal/social del happening, en cuanto forma de confrontación espectacular con la realidad silenciada o adormecida, es expresada en el Manifiesto Yippie de forma exhortativa:

Haz que América vea su vampírica cara en un espejo. Destruye la barrera entre el habla pública y el comportamiento privado. Solo cuando la gente ve qué está pasando podrán ellos escuchar nuestros gritos, y sentir nuestra pasión. La guerra de Vietnam es una enseñanza para América.

Los yippies fueron una clara una mezcla de los estilos wheelie feelie, si bien no eran una superación de ninguno. Lo cierto es que los problemas que causaron esas drogas, que tanto promovían, en los movimientos sociales se hicieron más que evidentes al poco tiempo: la drogoadicción se mostró como un arma mucho más efectiva que las porras, balas de goma y botes de humo de la policía. Al poco de desintegrarse los yippies el gobierno yanqui, consciente del potencial de las drogas, indundó los guettos negros con crack, procedente de Vietnam, para acabar con el movimiento del Black Power. La droga fue una de las principales estrategias de guerra sucio del gobierno de EEUU para acabar con los Black Panthers.

Otro problema grave de la solución yippie era su falta de capacidad para crear redes organizativas sólidas, con capacidad para crear lazos indentitarios y proporcionar en el largo plazo la satisfacción mediante la autoorganización de los deseos de los revolucionarios. De hecho, la falta de un proyecto revolucionario/vital consecuentemente organizado y el extremo rechazo a nada que se pareciese a una mínima organización, se mostró como un error casi infantil.

Aún los yippies, que fueron representativos de toda una corriente de entender la Revolución Cultural, nos dejan un legado no exento de enseñanzas. Aquella rama revolucionaria en la que se ubican, suplantó la visión de inspiración cristiana de la revolución como un acto de sacrificio con su respectivo santoral, por una suerte de Festival de la Vida de prodigalidad e inmediatismo a la manera pregonada por el poeta Allen Ginsberg. Daniel Cohn-Bendit, líder estudiantil del mayo francés, expresaba simultáneamente esta premisa en su célebre máxima “¡Qué la revolución sea la mejor manera de vivir!”. La Internacional Situacionista, un grupo influyente en la ruptura con los viejos cánones izquierdistas, unos años antes había manifestado en este mismo sentido su concepción del proceso revolucionario. Las revoluciones, decían los situacionistas “serán festivales o no serán, pues la propia vida que ellas anuncian será creada con ánimo festivo. El juego es la última razón de este festival. El vivir sin tedio, el gozar sin límites son las únicas reglas que aceptaremos.”

La Revolución del Placer contra el mundo construido para el Capital/Trabajo desde los sesenta ya no puede ser por más tiempo un objetivo secundario, ni nada que los revolucionarios permitan que pueda ser como en el capitalismo, constantemente postergado; ni siquiera postergado en alguna medida. La máxima que anuncia la revolución como una fiesta es todo un acto de provocación contra los carcas capitalistas, y los carcas de la hoz y el martillo. ¿Se trataba todo esto de una mera frivolización? No. Se trataba de una liberación por parte de los revolucionarios de las cadenas de aburrimiento y de la abnegación de la Izquierda. Se trataba de acabar con la herencia cristiana negadora de la vida en la que se había forjado el izquierdismo. Era una intención de materializar el paraíso microcósmico en las entrañas del infierno presente, que oculta las propias posibilidades de realizar el Cielo ahora ya; se trata de reubicar el prometido más allá en el más inmediato aquí y ahora.

Un claro ejemplo literario de la combinación discursiva de esta intención inmediatista con el arte de la provocación, tan cultivado por el Youth International Party, fue el Manifiesto yippie escrito por Rubin. Entre otras cosas nos dice: “Nosotros ofrecemos: sexo, drogas, rebelión, heroísmo, hermandad. Ellos ofrecen: responsabilidad, miedo, puritanismo, represión.” Las reglas, aúlla, están hechas para ser rotas, y lo políticamente correcto ya no tiene cabida:

No hay NINGUNA PALABRA que el hombre deba limpiar de su boca, ninguna palabra que dé miedo. “¡Ellos quieren la ANARQUÍA!” ¡Joder, es cierto, nosotros estamos por la anarquía! De todas maneras este país está podridamente sobreorganizado. “¡No hagas esto! ¡No hagas lo otro, no hagas! Crecer en América es aprender que NO hacer. Nosotros decimos: “¡Hazlo, hazlo. Haz todo aquello que quieras hacer!”

La utopía yippie vuelve a escapar de la seriedad para abrazar lo provocativo:

En las asambleas comunitarias de todo el país, Bob Dylan reemplazará el himno nacional.
Ya no habrá cárceles, tribunales ni policías.
La Casa Blanca se convertirá en un crash pad [casas donde los hippies “aterrizan” de pasada] para toda persona que no tenga donde dormir en Washington.
El mundo se transformará en una gran comuna, con comida y vivienda gratuita, todo compartido.
Se destruirán todos los relojes.
Los peluqueros serán internados en campos de rehabilitación, donde el cabello les crecerá muy largo.
No existirá el crimen de “hurto”, porque todo será gratis.
El Pentágono será reemplazado por una granja experimental de LSD.
No habrá más escuelas ni iglesias, porque el planeta entero se habrá convertido en una iglesia-escuela.
La gente cultivará los huertos por la mañana, hará música por la tarde y follará cuando le venga en gana.

El Amor Armado.

Estas reivindicaciones de la contracultura no eran incompatibles con las acciones más comprometidas y arriesgadas, en ciertos casos. Por ejemplo, el grupo de activistas hippies Against The Wall Motherfuckers! (¡Contra la pared, hijos de puta!), nombre que hace mención a las detenciones policiales, que era una radicalización del grupo dada Black Mask, que rechazaban el viejo izquierdismo, realizaron una campaña de colocación de bombas contra bancos y otros objetivos simbólicos bajo el provocador nombre de Armed Love (amor armado). Eran los tiempos en los que las Universidades Libres impartían seminarios de masajes para romper la separación física, volverse suaves y hacer la comunicación más íntima, al tiempo que también impartían cursillos para usar armas o preparar cócteles incendiarios. La intención: socializar todo conocimiento que se considerase útil para la liberación personal y social.
Una escisión de la Students for a Democratic Society, la Weathermen Underground Organization (Organización del Hombre del Tiempo Underground) anunciaron en el 1970 “una nueva mañana, un cambio de clima”. Efectivamente, unos meses antes el clima estaba cambiando. La Wethermen, bajo el explícito slogan “Traer la guerra a casa” en relación a la guerra de Vietnam, convocaron en la ciudad de Chicago unos “Días de Furia” en forma de protesta contra la Convención Nacional Demócrata que en dicha ciudad tenía lugar. Los hombres y mujeres del tiempo underground habían pronosticado un aumento de las temperaturas en la ciudad de Chicago, y así fue. Para ello realizaron una gran hoguera de rabia. Varios cientos de activistas cruzarán Chicago destrozando con piedras y cócteles molotov las instituciones representativas del capitalismo, tales como bancos, comisarías de policía, restaurantes y hoteles de lujo, etc. A raíz de los disturbios 287 activistas fueron detenidos. Después de esto la Weathermen se convertiría en varios grupos de hippies, partidarios del amor libre, las orgías psicodélicas, y la revolución interior, pero también dedicados a la colocación de bombas en diversos lugares: las oficinas de la ITT de Nueva York en protesta contra el apoyo al sangriento golpe militar de Pinochet, o contra diversas comisarías de policía. Incluso llegaron a explosionar una bomba en el mismísimo Capitolio en el 1971. Un Weatherman, John Jacobs, justificaría estas acciones de forma irónica: “Weathermen está en contra de todo aquello que para Norteamérica significa decencia y bondad. Weathermen quiere quemar y destruir los Estados Unidos de América”.

La violencia fue un tema recurrente para ciertas facciones del movimiento contracultural, ya se tratase esta violencia de violencia real o no. Al contrario que los Weatherman (que debemos matizar que jamás mataron a nadie y todas sus acciones eran realizadas con cuidado de que esto fuese así), otros decidieron utilizar no la violencia física, sino el tabú en torno a la violencia política, explotando en vez de bombas palabras. Un ejemplo de ello es la Comuna 1 berlinesa, creada en el 1967, o como gustaban llamarla los medios de información burguesa: la “comuna del horror”.

En ese año, a raíz de un incendio que había sido fortuito en unos grandes almacenes belgas, donde murieron incineradas unas 300 personas, la Comuna del Horror difundió una serie de octavillas falsificando lo ocurrido y politizando la tragedia. La última de estas octavillas se titulaba “¿Cuándo arderán los grandes almacenes de Berlín?” y decía:
Nuestros amigos belgas han comprendido finalmente cómo pueden hacer entender al público el alcance de lo que está pasando en Vietnam. Han incendiado unos grandes almacenes, a 300 ciudadanos saciados, a sus vidas fascinantes y han convertido Bruselas en Hanoi. Ya nadie que esté leyendo su periódico, ante un opulento desayuno, tiene por qué soltar lagrimitas por la pobre gente de Vietnam; hoy no tiene más que acercarse al departamento de moda de KaDeWe, Hertie, Woolworths, Bika o Neckermann y encender discretamente un cigarrillo.
Aunque los comunicados eran falsos, la prensa burguesa montó en cólera, la población se indigno, y la comuna cobró popularidad… y debió pagar un cierto tiempo entre rejas, al considerar las autoridades que estos comunicados hacían apología del terrorismo. La provocación, no obstante, no quedó aquí: prosiguió en el juicio. La Comuna 1 aprovechaba cualquier momento para poner en tela de juicio los valores represivos del sistema. Cuando Teufel, destacado miembro de la comuna, se encontraba ante el tribunal decidió impartir a todo el mundo una lección sobre el absurdo del autoritarismo y sus rituales. Al recibir la orden del tribunal de ponerse en pie, Teufel aceptó de buena gana: “Bueno, si eso ayuda a encontrar la verdad…” Una respuesta que no puede sino traer a evocación al mitificado y célebre Diógenes el Cínico. Nos dice Diógenes Laercio que encontrándose Diógenes el Cínico tranquilamente sentado en el suelo, se presentó ante él el célebre conquistador Alejandro Magno. Cuando el imperialista, que admiraba al filósofo perruno, le ofreció sus favores y le dijo a Diógenes “pídeme lo que quieras”, éste alzó la vista al sublime Alejandro Magno y le dijo “Apartarte: no me tapes el sol”.

Los chamanes holandeses y sus planes conspirativos.

Otro movimiento especialmente inspirado en lo referente a la acción/provocación contracultural fueron los Provos holandeses. Se trataban de un grupo pacifista que, no obstante, también recurrió una vez al uso de la explotación del tabú entorno a la violencia política para hacer llegar sus mensajes.

En el primer número de su publicación los probos reprodujeron un diagrama tomado de El anarquista práctico que enseñaba al lector a producir explosivos. A partir de este escándalo, y después de diversas actuaciones, la publicación pasó de tener una tirada de 500 ejemplares a 20.000. La técnica para elaborar estos explosivos, sin embargo, era inútil; no servía realmente para producir nada.

Los provos fueron, junto a los yippies, los reyes de la provocación activista. Provo era una persona que rechaza la ansia monetaria del capitalismo que “educa para el tener, menospreciando el ser”. Provo estaba contra la gris política burocrática que impide la espontaneidad. Provo era beligerantemente disidente: “sus miembros –decía la revista Provo- solo pueden ser gente creativa e individual mediante conductas antisociales”. Provo era antimilitarista y condenaba la neurosis de una desquiciada carrera de armas. Su grito era el “Provo never ruled” (Provo nunca mandó). Por último, provo vestía de blanco; así se reconocían los unos a los otros.

Los provos eran una suerte de chamanes anarquistoides y hippies. Su arma preferida, como indica su nombre, era la provocación mediante transgresiones en los discursos del status quo y las prácticas sociales que en el día a día contradecían los valores reinantes del capitalismo burgués. Desde 1964 actuaron en Ámsterdam, ciudad que consideraban un “centro mágico”, a través de happenings, sabotajes y lo que ellos llamaban planes blancos, destinados a solucionar los problemas sociales y ecológicos.

Los “planes blancos” de los provos merecen especial consideración. El primero de ellos era el “Witte fietsen plan”, destinado a la grandilocuente tarea de socializar los medios de transporte todos. La idea era disponer por toda la ciudad de bicicletas pintadas de blanco, sin candado, socializadas. El folleto que anunciaba el plan definía la bici blanca como el “transporte comunitario gratuito”. Estas bicicletas podían ser usadas por quién quisiese; al dejar de utilizarlas quedaban en la calle a la espera de otro improvisado ciclista. La intención que perseguían era acabar de una vez por todas con el “coche monstruo” que fagocita la naturaleza y privatiza el espacio a costa de la convivencia. Como provocación contra el capitalismo y en defensa de la ecología (los provos estaban especialmente preocupados por este problema) el plan fue un éxito; sin embargo, su aplicación práctica resultó ser un fracaso. No porque como podría pensarse la gente acabó robando las bicis, sino porque, aquellos que en teoría protegen contra el hurto, la policía, acabó incautando (robando) toda bicicleta que se encontraba en la calle sin candado, y ya en la Presentación de la Primera Bicicleta Blanca cargó con contundencia contra los reunidos.

Hubo también “planes blancos” para el sexo, la mujer (aborto gratuito), incluso para la policía. La consigna de este último plan era “Pórtate bien con la policía”. El yippie Jerry Rubin en su manifiesto dejaría años más tarde, expresaba en una sola frase la interpretación que los contraculturales daban entorno al tema policial; quedaba claro con rotundidad en su consigna “estas con el ser humano o estás con la policía”. La célebre pintada parisina lo expresaba de una manera más íntima: “mata al policía que hay en ti” –en mención a las retrógradas teorías del psicólogo conductivista Eysenk, que consideraba dentro de nosotros existe un agente represor y que, además, esto debiera ser así. Los provos, en cambio, optaron por una táctica más sutil: su plan blanco proponía que el colega policía (que debía ir vestido de blanco al efecto) realizase su labor de protección social repartiendo condones a los menores, y sirviesen a la sociedad repartiendo muslos de pollo a los transeúntes y cerillas a los fumadores de porros necesitados.
El movimiento provo prefería la provocación al enfrentamiento y lo lúdico a lo militante (militar). Aunados con los anarco-pacifistas su mensaje libertario y sus tácticas de guerrilla simbólica calaron entre cada vez más jóvenes. Su popularidad llegó a su apogeo en el 1967: en ese año tenía lugar un evento público nupcial con motivo de la boda del príncipe Claus von Arsberg (que había sido miembro del ejército nazi). El evento era retransmitido en directo por la televisión. Los provos llenaron la atmósfera de humo naranja en honor al color de la familia real. La policía cargo de forma brutal, pero el mensaje antimonárquico ya había sido lanzado. Tras los disturbios, podía leerse en las paredes grafiteado: “Qué me devuelvan la bicicleta”.

En ese mismo año Provo se acabaría de disolver en una reunión realizada en el parque Vondelpark. Un año antes las disensiones entre los provos ya se habían hecho notorias. Provo se decidió a presentar a las elecciones, algunos entendieron esto como venderse al sistema, según Stewar Home las actividades de los provos estaban ya siendo asimiladas por éste. Fuese como fuese, los neoanarquistas Provo, como los considera Teodori, consiguieron en 1966 un total de 13.000 votos (1 concejal), y tres años más tarde, los Kabouters (los duendes) que sucedieron a Provo obtuvieron 38.000 (5 concejales).
Al final, algunos provos se decidieron por la reforma política a través de partidos verdes, otros siguen en el activismo, otros se dedicaron a la literatura, y también hubo quien se reciclaró en el mundo de los negocios. Al final, nos dice A.F.R.I.C.A. en su Manual de la Guerrilla de la Comunicación, lo que ha quedado es que “desde los tiempos de los provos se ha tornado difícil hacer política seria en Holanda. Por lo menos por parte de la izquierda. Demasiada gente ha comprendido que existen otras cosas más importantes y menos aburridas.”

Una historia groucho-marxista.

Los yippies fueron otro destacado grupo en el arte de la provocación. El Youth International Party, por supuesto, no se trataba de un partido político ni mucho menos. La respuesta tradicional al problema revolucionario era crear un partido o sindicato de masas para tomar el poder e iniciar así los cambios. Pero los yippies condenaban todo “viaje de poder”. El poder corrompe, decía Bakunin, y ellos se lo tomaban al pie de la letra. No se puede hacer la revolución en los términos del establishment, decían, por eso de nada sirven partidos ni sindicatos. La visión de los yippies, compartida por tantos otros postizquierdistas, queda patente en las opiniones de Chester Anderson:

En lugar del Partido Revolucionario Americano, yo propongo una asociación informal de pandillas revolucionarias, que no se preocuparán por coordinar sus respectivas acciones ni se inhibirán mutuamente en ningún sentido. Que sólo se preocuparán por mantener una buena comunicación entre sí.

A la mierda los líderes, los uniformes y las causas santas más importantes que la gente. Una pandilla que corrompa juguetonamente al hijo del alcalde producirá cambios más importantes y perdurables que la escuadrilla asesina, estrictamente disciplinada, severa y aburrida, preocupada por borrar del mapa a su padre.

La idea de “corromper al hijo del alcalde” no es mear fuera del trasto. Pocos años después de escribir esto Anderson, en el 1973 la Symbionese Liberation Army (Ejército de Liberación Simbiótica), de corte marxista-leninista, raptó a la hija del multimillonario Randolph Hearst, Patty. Gracias a este secuestro la SLA consiguió convertir a los medios de comunicación burgueses en una catapulta para sus comunicados anticapitalistas. También consiguieron sacarle un millón de dólares al capitalista, que le obligaron a dar como comida a los pobres. Lo gracioso del asunto es que Patty no estaba secuestrada, sino “corrompida” por las ideas anticapitalistas: había fingido su propio secuestro. Era una activista del SLA y había participado en atracos de bancos para subvencionar la causa revolucionaria. (El final de la SLA, todo sea dicho de paso, fue dramático: varios encarcelados, y 6 de ellos fueron asediados en su casa y asesinados por la policía mientras se retransmitía por la televisión).
El estilo informal de organización comunitaria, a pequeña escala, tribal, así como las proclamas contra el aburrimiento y la disciplina marcial de la vieja izquierda es una constante en los grupos contraculturales revolucionarios. La revista Fifth Estate de Detroit, por ejemplo, llenaba sus páginas con contenidos similares a estos e incluso, aún en su momento de mayor esplendor en el inicio de los 70, cuando distribuía unos 20.000 ejemplares, en su buzón de correos podía leerse la siguiente etiqueta: “The Fifth Estate: un grupo de amigos”.

Los yippies era un grupo de amigos más. Y este amplio grupo de amigos estuvo tercamente interesado en liarla.

Los alrededor de 1.200 amigos que se concentraron en Washington tenían no pequeñas pretensiones. En protesta contra la guerra de Vietnam se les ocurrió que no había mejor cosa que dirigirse al Pentágono para practicar un “Ritual Sagrado de Exorcismo”, de carácter público y comunitario. El exorcismo era necesario, decían, porque se encontraba adentro del edificio militar el mismísimo Diablo. Tal ocurrencia fue expuesta en una rueda de prensa, y así fue hecho. Los chamanes se reunieron entorno al Pentágono formando una cadena humana, con la intención de hacer levitar el edificio 300 pies por encima del suelo, altura a la que debería ponerse naranja y quedarían expulsadas las fuerzas maléficas. Este fue el inicio de lo que lo que se conocería como los Yippies, unos locos que decían querer “tomar el Pentágono para convertirlo en factoría de LSD”. Jerry Rubin amenaza a la sociedad americana: “llevaremos una comunidad de amistad a un lugar donde sólo se ejerce muerte. El siguiente paso será el hundimiento de todas las instituciones importantes de la sociedad americana.”. El yippie Abbie Hoffman daba la razón a los media: “el movimiento pacifista se ha vuelto loco, ¡ya era hora!”.
Los yippies fueron un producto de la Bay Area de San Francisco, una meca hippie fuertemente influenciada por las ideas anarquistas, donde el dada, los beatniks y las drogas tenían lugar. Los yippies se declararon profundamente marxistas: Rubin decía, “estamos en la tradición revolucionaria de Groucho, Chico, Harpo y Kart”. Ellos eran “groucho-marxistas” o, mejor aún, “marxisto-lenonistas”, en relación al célebre Beattle.

Las acciones de estos “marxisto-lenonistas” tuvieron un gran eco mediático, y llegaron a influenciar en gran medida al movimiento contracultural (entre otros, por ejemplo, a la mencionada Fifth Estate desde la que escribía el comprometido manager de los MC5 John Sinclair). Los yippies consiguieron ser considerados por el gobierno como el enemigo número 1 en cuanto a lo que grupos contraculturales se refiere, a pesar de ser pacifistas y no usar jamás la violencia. Por ello, al fin, la represión calló sobre ellos tras los disturbios en Chicago en el 1968, tras presentar públicamente en la calle a un cerdo llamado Pigasus como el candidato del Youth International Party a la presidencia norteamericana, en el “Festival de la Vida” que contraponían a la Convención Nacional. El caso, conocido como la “Conspiración de Chicago”, llevó a 8 personas a la cárcel tras un juicio muy parcial; Hoffman y Rubin estaban entre éstas. La brutal represión del estado fue minando el ánimo de los yippies hasta su desaparición. Según Stewart Home la cualidad represiva del sistema era mayor de lo que los propios yippies habían pensado: “el movimiento yippie fue desintegrándose lentamente a medida que sus seguidores comprobaron que el sistema capitalista era en verdad tan malvado como ellos afirmaban en sus más retóricas declaraciones.”

Los yippies jugaron con la provocación y con la explosión de los sentimientos. Los sentimientos liberados podían ser una arma política tan fuerte como cualquiera otra. Es célebre la acción de exaltación de estos sentimientos realizada por ellos en New York: se colaron en la bolsa de Wall Street y lanzaron billetes al aire. Los agentes de bolsa olvidaron su trabajo y los intereses de sus jefes, y se arrojaron a un frenesí ávido de recolectar este dinero gratis, dándose condazos los unos a los otros. Rubin, quien por paradojas de la vida terminaría volviéndose yuppie, se reía de ellos en su manifiesto: “Míralos: animales salvajes persiguiéndose y peleándose por billetes de dólar arrojados por los hippies.”

En otra ocasión decidieron convertir la represión en un teatro. En las manifestaciones contra la guerra no era extraño que la policía decidiese cargar con contundencia. Los yippies se prepararon. En el momento que comenzó la carga policial y con ella las carreras y los gritos, empezaron a hacer sonar ruidos de disparos de metralleta y de sirenas de policía, y se explotaron bolsas de líquido que imitaba sangre sobre sus cuerpos. El espectáculo era dantesco: todo el mundo ensangrentado corriendo y dando alaridos. El caos fue total. Tal vez se pueda pensar que esta acción es en sí contraproducente, pues trivializa una represión que ya era real, y conlleva el problema de Pedro y el lobo. Hoffman pensaba que este impacto visual diría más de la guerra que cualquier slogan en una pancarta.

En este mismo sentido de propaganda por la liberación del sentimiento, los yippies realizaron otro acto en New York, esta vez contra la guerra de Vietnam. Cientos de yippies se lanzaron a la calle gritando exaltados, desbordados de alegría: “¡La guerra ha terminado! ¡La guerra ha terminado!” El resultado fue una conmoción total; la gente no daba crédito. Al fin acabaron todos abrazándose, contagiados por el entusiasmo de tal noticia y situación. Incluso la policía acabó abrazada de los melenudos festejando el fin de la guerra. El gobierno tuvo que desmentir la historia en la televisión.

La táctica yippie era el “terrorismo psíquico” y la “guerrilla de la comunicación” a través del happening teatral. Una especie de Teatro de la Crueldad, para utilizar el término acuñado por Artaud, que convierte al espectador en actor; que obliga a posicionarse y vuelve a la vida lo que en apariencia es una simulación.

Papa Noel se queda desnudo.

En este sentido querría comentar una última acción, esta vez llevada a cabo por los Motherfuckers. Como tantas otros happenings de los sesenta, éste ha sido reproducido, plagiado y reinventado en posteriores situaciones.

Varios Motherfuckers querían denunciar la miseria tras la navidad en el sistema capitalista: a los niños se les llena con esperanzas de un mundo gratis y de amor, sin intereses enfrentados, un mundo de regalos. Estos niños antes o después tendrán que despertar de su burbuja y darse cuenta de que todo eso era mentira: no hay Papa Noel que regale nada, la mayoría ha de ganar con el sudor de tu frente, y en el mundo de las mercancías hay de todo menos comunidad, amistad y compartir: todo se paga, y los consumidores y productores, los trabajadores y capitalistas, suelen tener intereses antagónicos. La simulación de una vida distinta que significa la navidad, con el Papa Noel y sus renos, o con los reyes y sus dromedarios, es también un Teatro de la Crueldad: una representación mítica, con la fuerza que el mito y el ritual tienen, pero no para la libertad sino para todo lo contrario: para la dominación. Festejan una realidad que se anhela, de comunión y gratuidad, y que no existe. El capitalismo es, exactamente, todo lo contrario a estos valores, y todo lo que en esta sociedad se expresa en estos anhelados términos se da con exclusividad en las situaciones y reinos donde no opera el capital (en el amor, en la amistad de verdad).

Los Motherfuckers entendieron qué es lo que debía hacerse: se disfrazaron de Papa Noel, ¡Jo, jo, jo!, y se pusieron a regalar los juguetes que los capitalistas de los grandes almacenes retenían en las estanterías. Los niños con naturalidad recibían los regalos, hasta que el simpático Papa Noel fue reducido, detenido por la policía, tirado al suelo y esposado. Su delito era evidente: regalar regalos en navidad. Papa Noel no es la gente de a pie, has de creerte que quien regala algo son los empresarios, aunque sólo sea trabajo.

El mito reproduce la dominación y explotación, pero redirigido, como dirían los yippies, “el mito hace la revolución”.

Bibliografía:• Grupo A.F.R.I.C.A., Manual de guerrilla de la comunicación. Virus. Barcelona, 2000.
• Home, Stewart. El asalto a la cultura. Virus. Barcelona, 1998.
• Melville, Keith. Las comunas en la contracultura. Kairós. Barcelona, 1975.
• Rocha, Servando. Los días de furia. Contracultura y lucha armada en los Estados Unidos. La Felguera. Madrid, 2004
• Rubin, Jerry. Manifiesto Yippie.
• Teodori, Maximo. Las nuevas izquierdas europeas (1956-1976). Volumen I y II. Blume. Barcelona, 1978.

martes, 14 de julio de 2009

"Pequeño Manual Individualista" x Han Ryner



INTRODUCCION DE EL HEDONISTA: HAN RYNER ERA EL PSEUDONIMO DEL FILOSOFO Y NOVELISTA FRANCES Jacques Élie Henri Ambroise Ner. COMO SE VERA EN ESTE TEXTO AKI EL ESTA MUY INFLUENCIADO POR LOS FILOSOFOS ESTOICOS Y POR EL GRAN EPICURO. AKI PUES OTRO GRAN ANARCO-INDIVIDUALISTA FRANCES DE FINES DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL XX AUNQUE ES CLARO QUE SI NO QUIERES ASUSTAR DE UNA A ALGUIEN A QUIEN QUIERAS INTRUDUCIR AL ANARCO-INDIVIDUALISMO ES MEJOR QUE COMIENZES POR HAN RYNER. DESPUES YA QUE SE ASUSTEN CON EMILE ARMAND Y DE ALLI YA MAX STIRNER Y RENZO NOVATORE. PROXIMAMENTE ZOE D´AXA...

NOTAS

He adoptado la forma de preguntas y respuestas, porque es cómoda para la exposición rápida. Aquí no se expresa ninguna pretensión dogmática. No se trata de un maestro que interroga y de un discípulo que contesta. Hay un individualista que se pregunta a sí mismo. Quiero advertir desde la primera línea que se trata de un diálogo interior. Mientras el catecismo pregunta: "¿Eres cristiano?", yo digo: "Soy yo individualista?" Pero este procedimiento no se podría continuar sin inconvenientes. Una vez señalada mi intención, recuerdo que el soliloquio emplea frecuentemente la segunda persona.



* * *

Se encontrarán mezcladas en este librito verdades evidentes, pero cuya certidumbre no se puede descubrir sino en uno mismo, y opiniones que son probables. Hay problemas que admiten varias soluciones. Otros (aparte de la solución heroica que solamente se puede aconsejar cuando todo lo demás es crimen) no tienen solución completamente satisfactoria y los poco más o menos que yo propongo no son superiores a otros poco más o menos. No insisto. El lector que no supiese emprender la marcha y que, aprobando las verdades, no encontrase probabilidades análogas a mis probabilidades y con frecuencia más armoniosas consigo mismo, sería indigno de llamarse individualista.



* * *

Por falta de desarrollo o por otras razones, dejaré frecuentemente insatisfecho aun al espíritu más fraternal. No puedo menos de recomendar a los hombres de buena voluntad la asidua lectura del Manual de Epicteto: en él, mejor que en cualquier otro tratado, se encuentran las respuestas a nuestras inquietudes y a nuestras dudas, y el que es verdaderamente valeroso encontrará en esas páginas inspiración y valor.



* * *

A Epicteto, y a otros igualmente, debo algunas fórmulas, sin creer por eso necesario indicar siempre mis deudas. En un trabajo de esta naturaleza son las cosas en sí las que tienen importancia y no su origen. Muchos frutos se comen sin preguntar al jardinero el nombre del río o del arroyo que fecunda su jardín.



* * *



Yo llamo individualista al que con mayor frecuencia se aparta del rebaño. Poco importa, cuando se trata solamente de este nombre general y vago, que el desvío sea a la derecha o a la izquierda. Saludo como individualista a cualquiera que en una época religiosa se muestra impío, en un ambiente ortodoxo se manifiesta herético, en un periodo de civismo sabe reír de la ciudad o maldecir los crímenes de la patria.


Han Ryner



CAPITULO I



DEL INDIVIDUALISMO Y DE ALGUNOS INDIVIDUALISTAS



¿Soy individualista?

Lo soy.

¿Qué entiendo por individualismo?

Entiendo por individualismo la doctrina moral que, no apoyándose en dogma alguno, en ninguna tradición, en ninguna voluntad exterior, no se dirige más que a la conciencia individual.

La palabra individualismo ¿No ha designado nunca más que esta doctrina?

Se ha dado a menudo el nombre de individualismo a apariencias de doctrinas destinadas a cubrir con una máscara filosófica el egoísmo conquistador y agresivo.

Citad un egoísta cobarde a quien se llama algunas veces individualista.

Montaigne

¿Conocéis egoístas conquistadores y agresivos que se proclaman individualistas?

Todos los que extienden las relaciones de los hombres entre sí la ley brutal del combate por la vida.

Citad algunos.

Stendhal, Nietzsche. (1)

Nombrad algunos verdaderos individualistas.

Sócrates, Epicuro, Jesús, Epicteto.

¿ Por qué amáis a Sócrates?

El no enseñaba una verdad exterior a los que le escuchaban, sino que les inducía a encontrar la verdad en sí mismos.





¿Cómo murió Sócrates?

Murió condenado por las leyes y por los jueces, asesinado por la ciudad, mártir del individualismo.

¿De qué se le acusaba?

De no honrar a los dioses que la ciudad honraba y de corromper a la juventud.

¿Qué significaba este segundo cargo?

que Sócrates profesaba Significaba opiniones desagradables al poder.

¿Por qué amáis a Epicuro?

Bajo su elegancia despreocupada, fue un héroe.

Citad una palabra ingeniosa de Séneca sobre Epicuro.

Séneca llama a Epicuro "un héroe disfrazado de mujer".

¿Qué bien hizo Epicuro?

Libró a sus discípulos del temor de los dioses o de Dios, que es el comienzo de la locura.

¿Cuál fue la gran virtud de Epicuro?

La templanza. Distinguía entre las necesidades naturales y las imaginarias. Mostraba que es preciso muy poco para satisfacer al hambre y la sed, para defenderse del calor y del frío. Y se libertaba de todas las demás necesidades, es decir, de casi todos los deseos y de casi todos los temores que esclavizan a los hombres.

¿Cómo murió Epicuro?

Murió de una larga y penosa enfermedad, vanagloriándose de una dicha perfecta.



¿Conócese generalmente al verdadero Epicuro?

No. Algunos discípulos infieles han cubierto sus vicios con su doctrina, como se oculta una úlcera bajo un manto robado.

¿Epicuro es culpable de lo que falsos discípulos le han hecho decir?

Jamás se puede ser culpable de la necedad o de la perfidia de otro.
¿La deformación de la doctrina de Epicuro es un fenómeno excepcional?

Toda palabra de verdad, si es escuchada por muchos hombres, se ve transformada en mentira por los superficiales, por los hábiles y por los charlatanes.

¿Por qué amáis a Jesús?

Vivió libre y errante, extraño a todo lazo social. Fue el enemigo de los sacerdotes, de los cultos exteriores y, en general de todas las organizaciones.

¿Cómo murió?

Perseguido por el sacerdocio, abandonado de la autoridad judicial, murió crucificado por los soldados. Es, con Sócrates, la más célebre víctima de la religión, el más ilustre mártir del individualismo.

¿Conócese generalmente al verdadero Jesús?

No. Los sacerdotes han crucificado su doctrina como su cuerpo. Han transformado en veneno el néctar vivificante. Sobre las palabras desfiguradas del enemigo de las organizaciones y de los cultos exteriores, han fundado la más organizada y la más pomposamente vacía de las religiones.

¿Es culpable Jesús de lo que los discípulos y los sacerdotes han hecho de su doctrina?

Jamás se es culpable de la necedad o de la perfidia de otro.

¿Por qué amáis a Epicteto?

El estoico Epicteto soportó valerosamente la pobreza y la esclavitud. Fue perfectamente feliz en las más penibles situaciones para los hombres ordinarios.

¿Cómo conocemos la doctrina de Epicteto?

Su discípulo Arriano (Flavio) recogió algunas de sus palabras en un librito titulado "Manual de Epicteto".

¿Qué pensáis del manual de Epicteto?

Su nobleza precisa y sin desfallecimiento, su simplicidad exenta de todo charlatanismo me lo hacen mucho más precioso que los Evangelios. El "Manual de Epicteto" es el más bello y emancipador de todos los libros.

¿No hay en la historia otros individualistas célebres?

Hay otros. Pero los citados son los más puros y los más comprensibles.

¿Por qué no nombráis a los cínicos Antístenes y Diógenes?

Porque la doctrina cínica es una preparación a la doctrina estoica.

¿Por qué no nombráis a Zenón de Citio, el fundador del estoicismo?

Su vida fue admirable y, según los testimonios de la antigüedad no dejó de parecerse a su filosofía. Pero hoy es menos conocido que los ya citados.

¿Por qué no nombráis al estoico Marco Aurelio?

Porque fue emperador.

¿Por qué no nombráis a Descartes?

Descartes fue un individualista intelectual. No fue con precisión un individualista moral. Su verdadera moral parece haber sido estoica. Pero no osó hacerla pública. Hizo conocer solamente una "moral provisoria", en la cual se recomienda obedecer a las leyes y a las costumbres de su país, lo que es contrario al individualismo. Parece, además, haber faltado de valor filosófico en otras circunstancias.





¿Por qué no nombráis a Spinoza?

La vida de Spinoza fue admirable. Vivía sobriamente con algunos cereales y leche. Rehusó las carnes que le ofrecían y ganó siempre su alimento con su trabajo manual. Su doctrina moral es un misticismo estoico. Pero, demasiado exclusivamente intelectual,

Profesó una extraña política absolutista y no reservó contra el poder más que la libertad de pensar. Su nombre hace idear

Más que la libertad de pensar. Su nombre hace idear una gran potencia metafísica, más que una gran belleza moral.





CAPITULO II



PREPARACIÓN AL INDIVIDUALISMO PRACTICO



¿Basta con proclamarse individualista?

No. Una religión puede contentarse con la adhesión verbal y con algunos ademanes de adoración. Una filosofía práctica, que en modo alguno es practicada, no tiene valor.

¿Por qué las religiones pueden ser más indulgentes que las doctrinas morales?

Los dioses de las religiones son monarcas poderosos. Salvan a los fieles por gracias y por milagros. Conceden la salvación a cambio de la ley, de ciertas palabras rituales y de algunas actitudes convenidas. Hasta pueden registrar los modales que hago y las palabras que puedo pronunciar a gentes mercenarias.

¿Qué debo hacer para merecer realmente el nombre de individualista?

Debo poner todos mis actos de acuerdo con mi pensamiento.

¿No es penoso conseguir este acuerdo?

Es menos penoso de lo que parece.

¿Por qué?

El individualista que empieza a serlo está retenido por los falsos bienes y las malas costumbres. No se liberta sin algún dolor. Pero el desacuerdo entre sus actos y su pensamiento le es más doloroso que todos los renunciamientos. Sufre por ello como el músico sufre por una falta de armonía. El músico no quisiera nunca pasar su vida en medio de ruidos discordantes. Lo mismo mi armonía es para mí el mayor de los dolores.

¿Cómo se llama el esfuerzo para poner la propia vida de acuerdo con el propio pensamiento?

Se llama virtud.

¿Obtiene recompensa la virtud?

La virtud es la recompensa de sí misma.

¿Qué significan estas palabras?

Que si pienso en una recompensa, no soy virtuoso. La virtud tiene por primer carácter el desinterés. Que la virtud desinteresada crea la felicidad.

¿Qué es la felicidad?

La felicidad es un estado espiritual que se siente perfectamente libre de todas las servidumbres extrañas y en perfecto acuerdo consigo mismo.

¿No hay, pues, felicidad, más que cuando no se necesita hacer esfuerzos y la dicha sucede a la virtud?

El sabio tiene siempre necesidad de esfuerzo y de virtud. Siempre es atacado por lo exterior. Pero la dicha no existe, en realidad, más que en el alma donde ya no existe la lucha interior.

¿Se es desdichado en la consecución de la sabiduría?

No. Cada victoria, en espera de la felicidad, produce alegría.

¿Qué es la alegría?

La alegría es el sentimiento del trance de una perfección menor a otra mayor. Es el sentimiento que se adelanta hacia la dicha.

Distinguid con una comparación la alegría de la dicha.

Un ser pacífico, forzado a combatir, consigue una victoria que lo acerca a la paz: experimenta alegría. Llega, por fin, a una paz que nada podrá turbar: está en la felicidad.

¿Es preciso obtener la dicha y la perfección desde el primer día en que se comprenden?

Es raro que pueda intentarse sin imprudencia la perfección inmediata.

¿ Qué peligro corren los impacientes?

El peligro de retroceder y de acobardarse.

¿Cómo conviene prepararse para la perfección?

Es bueno ir hacia Epicteto pasando por Epicuro.

¿ Qué queréis decir?

Hay que colocarse primero desde el punto de vista de Epicuro y distinguir las necesidades naturales de las necesidades imaginarias. Cuando seamos capaces de despreciar prácticamente todo lo que no es necesario a la vida; cuando despreciemos el lujo y la falsa comodidad; cuando saboreemos la voluptuosidad física procedente de los alimentos y bebidas simples; cuando nuestro cuerpo sepa tan bien como nuestra alma de la bondad del pan y del agua, podremos avanzar más.

¿ Qué paso quedará por hacer?

El más difícil: sentir que, aún privados de pan y agua, que en la más dolorosa enfermedad y la más desprovista de recursos, que hasta muriendo en los suplicios y en medio de las injurias de todos, seríamos felices.

¿ Esta alta sabiduría es accesible a todos?

Lo es para todo hombre de buena voluntad que siente una inclinación natural hacia el individualismo.

¿Cuál es el camino intelectual que conduce a esta cima?

Es la doctrina estoica de los verdaderos bienes y de los verdaderos males.

¿ Cómo se llama aún esta doctrina?

Se llama la doctrina de las cosas que dependen de nosotros y de las cosas que no dependen de nosotros.

¿Qué cosas dependen de nosotros?

Nuestras opiniones, nuestros deseos, nuestras inclinaciones, nuestras aversiones, en una palabra, todas nuestras acciones interiores.

¿ Cuáles son las que no dependen de nosotros?

El cuerpo, las riquezas, la reputación, las dignidades, en una palabra, todas las cosas que no pertenecen a nuestras acciones interiores.

¿Cuáles son los caracteres de las cosas que dependen de nosotros?

Son libres por naturaleza; nada puede detenerlas ni obstaculizarlas.

¿Cuáles son los caracteres de las cosas que no dependen de nosotros?

Son débiles, esclavas, sujetas a muchos obstáculos e inconvenientes, y por completo extrañas al hombre.

¿ Cuál es el otro nombre de las cosas que no dependen de nosotros?

Las cosas que no dependen de nosotros se llaman también las cosas indiferentes.

¿ Por qué?

Porque ninguna de ellas constituye un verdadero bien o un verdadero mal.

¿Qué sucede al que toma las cosas indiferentes por bienes o por males?

Encuentra por doquiera obstáculos; vive afligido, conturbado; se lamenta de las cosas y de los hombres.

¿ No experimenta entonces un mal mayor?

Es esclavo del deseo y del temor.

¿Cuál es el estado del que sabe prácticamente que las cosas que no dependen de nosotros son indiferentes?



Es libre. Nadie puede forzarle a hacer lo que no quiere o impedirle hacer lo que quiere. No tiene que quejarse de nada ni de nadie.

La enfermedad, la prisión, la pobreza, por ejemplo, ¿No disminuyen mi libertad?

Las cosas exteriores pueden disminuir la libertad de mi cuerpo y mis movimientos. No son impedimentos de mi voluntad, si no albergo la locura de querer aquello que no depende de mí.

¿ La doctrina de Epicuro no basta en la vida corriente?

La doctrina de Epicuro basta si poseo las cosas necesarias a la vida y a la salud. Ella me hace ante la alegría, igual a los animales, que no se forjan inquietudes ni males imaginarios. Pero, en la enfermedad o en el hambre, ella no basta.

¿ Es suficiente en las relaciones sociales?

En las relaciones sociales corrientes puede bastar. Ella me liberta de todos los tiranos, que no tienen poder más que sobre lo que me es superfluo.

¿ Hay circunstancias sociales en que ella no es suficiente?

Sí, cuando el tirano puede privarme de pan o cuando puede matarme o herirme.

¿ A quién llamáis tirano?

Llamo tirano a cualquiera que, accionando sobre las cosas indiferentes, como mis riquezas o mi cuerpo, pretende influir sobre mi voluntad. Llamo tirano a cualquiera que intenta modificar mi estado de alma por otros medios que no sean la persuasión razonable.

¿ No hay individualistas a los que el epicurismo bastaría?

Cualquiera que sea mi presente, ignoro el futuro. Ignoro si el gran ataque, en que el epicurismo no basta ya, no me acecha en alguna encrucijada de la vida. Debo, pues, desde que haya alcanzado la sabiduría epicúrea, trabajar siempre por fortificarme más, hasta alcanzar la invulnerabilidad estoica.

¿ Cómo viviré en la calma?

En la calma podré vivir dulce y sobriamente como Epicuro, pero con el espíritu de Epicteto.

¿ Es útil para la perfección proponerse un modelo como Sócrates, Jesús o Epicteto?

Es método es malo.

¿ Por qué?

Porque debo realizar mi armonía, no la de otro.

¿ Cuántas clases de deberes hay?

Hay dos clases de deberes: los deberes universales y los deberes personales.

¿ Qué entendéis por deberes universales?

Llamo deberes universales a los que se imponen a todo hombre sabio?

¿ A qué llamáis deberes personales?

Llamo deberes personales a los que se imponen particularmente a mí.

¿ Existen deberes personales?

Existen. Yo soy un particular, que se encuentra en situaciones particulares. Tengo cierto grado de fuerza física, de fuerza intelectual, y poseo más o menos riquezas. Tengo un pasado que continuar. Tengo que luchar contra un destino hostil o colaborar con un destino amigo.



Distinguid sencillamente los deberes personales de los universales.

Salvo excepción, los deberes universales son deberes de abstención. Casi todos los deberes de acción son deberes personales. Aún en las raras circunstancias en que la acción se impone a todos, el detalle de la acción llevará el signo particular, será como la firma del artista moral.

¿ Puede el deber personal contradecir el deber universal?

No. Es como la flor que no puede crecer sino sobre la planta.

¿Son mis deberes personales los de Sócrates, Jesús o Epicteto?

No se les parecen en nada, si no hago una vida apostólica.

¿ Quién me enseñará mis deberes personales y mis deberes universales?

Mi conciencia.

¿ Cómo me enseñará ella mis deberes universales?

Diciéndome lo que esperaría de todo hombre sabio.

¿ Cómo me enseñará ella mis deberes personales?

Diciéndome lo que debo exigir de mí mismo.

¿ Hay deberes difíciles?

No hay deber difícil para el sabio.

Antes que haya alcanzado la sabiduría, los pensamientos de Sócrates, de Jesús, de Epicteto, ¿ No me serán útiles en las dificultades?

Podrán serme útiles. Pero no me representaré nunca a estos grandes individualistas como modelos.

¿ Cómo me los representaré?

Como testigos, y desearé que no reprochen mi modo de actuar.

¿ Hay faltas graves y faltas leves?

Toda falta reconocida como tal, antes de ser cometida es grave.

Teóricamente, para juzgar mi situación o la de otro en la vía de la sabiduría, ¿No puedo distinguir entre faltas graves y faltas leves?

Sí, puedo.

¿ Qué entenderé por falta leve?

Entenderé por tal aquella que Epicteto reprocharía y Epicuro no.

¿ A cual llamaría falta grave?

Aquella que reprocharía hasta la misma indulgencia de Epicuro.









CAPITULO III





DE LAS RELACIONES DE LOS INDIVIDUOS ENTRE SI





Decid la fórmula de los deberes hacia otro.

Amarás a tu prójimo como a ti mismo y a tu Dios sobre todas las cosas.

¿ Quién es mi prójimo?

Los demás hombres.

¿ Por qué llamáis a los demás hombres vuestro prójimo?

Porque, dotados de razón y voluntad, están más próximos de mí que los animales.

¿ Qué tienen de común conmigo los animales?

La vida, la sensibilidad, la inteligencia.





Estos caracteres comunes me crean deberes hacia los animales?

Ellos me crean el deber de no hacer sufrir a los animales, o por lo menos de evitarles sufrimientos inútiles y de no matarlos sin necesidad.

¿ Qué derecho me da la ausencia de razón y de voluntad en los animales?

No siendo personas los animales, tengo el derecho de hacerme servir por ellos en la medida de sus fuerzas, y transformarlos en instrumentos.

¿ Tengo el mismo derecho sobre ciertos hombres?

Jamás tengo el derecho de considerar a una persona como un medio. Cada persona es un fin. No puedo pedir a las personas más que servicios, que me acuerden libremente, por benevolencia o a cambio de otros servicios.

¿ No hay razas inferiores?

No las hay. El individuo noble puede florecer en todas las razas.

¿ No hay individuos inferiores, incapaces de razón y voluntad?

Excepto el loco, todo hombre es capaz de razón y de voluntad. Pero muchos no escuchan más que sus pasiones y no tienen más que caprichos. Entre ellos se encuentran los que tienen la pretensión de mandar.

¿ No puedo hacer instrumentos de estos individuos incompletos?

No. Debo considerarlos como niños retardados en su desarrollo, pero en los que el hombre se despertará, acaso, un día.

¿ Qué pensaré de las órdenes de los que tienen la pretensión de mandar?

Una orden no puede ser más que un capricho de niño o una fantasía de loco.

¿ Cómo debo amar a mi prójimo?

Como a mí mismo.

¿Qué significan estas palabras?

Del mismo modo que yo debo amarme.

¿ Quién me enseñará cómo debo amarme?

La segunda parte de la fórmula me enseña como debo amarme.

Repetid esta segunda parte.

Amarás a tu Dios sobre todas las cosas.

¿Qué es Dios?

La palabra Dios tiene varios sentidos: tiene un sentido diferente en cada religión o metafísica y tiene un sentido moral.

¿ Cuál es el sentido moral de la palabra Dios?

Dios es el nombre de la perfección moral.

¿ Qué significa en la fórmula de amor, el posesivo "tu":"tú amarás a tu Dios"?

Mi Dios es mi perfección moral.

¿ Qué es lo que debo amar sobre todas las cosas?

Mi razón, mi libertad, mi armonía interior, mi dicha; porque éstos son los demás nombres de mi Dios.

martes, 7 de julio de 2009

Filosofía cirenaica


NOTA DEL HEDONISTA: TAL COMO EL EPICUREISMO FUE CENSURADO POR LOS CRISTIANOS Y POSTERIORES MORALISTAS, SUS COLEGAS HEDONISTAS LOS CIRENAICOS TAMBIEN LO FUERON Y EN TANTO AKI ESTA EL HEDONISTA PARA DIFUNDIR ESTAS COSAS. AKI PUES ENCONTRAMOS UNOS BUENOS ANTECESORES DEL PENSAMIENTO Y FORMA DE VIDA QUE PROMUEVE EN ESTE "HUMILDE" BLOG EL HEDONISTA. EL QUE ESTA ACA ALADO SUPUESTAMENTE ES ARISTIPO DE CIRENE, EL PRINCIPAL FILOSOFO CIRENAICO. encontrado en http://proyectotelemaco.wikispaces.com/filosofia.helenistica.cirenaica

La escuela cirenaica fue fundada por Aristipo de Cirene, que fue discipulo de Socrates. Esta escuela se baso fundamentalmente en la ética, y dicen que el bien se identifica con el placer, aunque este debe entenderse como el pacer espiritual. La felicidad segun Aristipo consistes en librarse de toda inquietud, siendo esta la vida para lograr la autarquia.
En cuanto a la teoria del conocimientos, los cirenaicos defendieron y subjetivista.
Esta educacion se prolongo hasta el periodo helenistico.
Ahora incluimos el señor I.B.S. Y R.A.Y. la vida y obra del fundador de esta escuela, Aristipo de Cirene.

Aristipo nació en Cirene en el año 435 a.C. y murió en el 350. Estudió las obras de los sofistas y luego se trasladó a Allí se Atenas transformó en discípulo de Socrates
Luego de la muerte de Sócrates, fundó una escuela de Filosofía en su ciudad natal. A diferencia de su maestro, Aristipo cobraba sumas considerables por sus enseñanzas.
Al igual que Platon —pero con mejor suerte— visitó a Dionisio, tirano de Siracusa . Éste lo distinguió brindándole una vida lujosa e importantes retribuciones económicas. Sin embargo, Aristipo no pretendió intervenir allí en cuestiones de estado. Siempre mantuvo distancia de la actividad política, incluso en su ciudad natal. Decía que se consideraba un extranjero hasta en su propia tierra.
De los sofistas heredó una gnoseología escéptica: «Sólo podemos estar seguros de las sensaciones.» Consideraba incognoscibles a las cosas tal como son en sí mismas. Por ello no podía sostener como ideal de vida la racionalidad y la Ciencia. Por el contrario, era partidario de basar la vida en las impresiones, único dato seguro. Si nos atenemos a lo que éstas nos dicen, encontraremos que el bien es el placer y que sólo él puede servir como medida para juzgar los demás valores. El placer es un "movimiento suave", a diferencia del dolor que es un "movimiento áspero". Para conseguir el placer hace falta sabiduría y prudencia. Ellas señalan al hombre lo que le conviene, enseñándole a evitar no sólo el dolor sino también aquellos placeres que son causa de dolor. No hay entonces peor mal que la ignorancia.
Sin embargo, si el placer es individual, ¿por qué los hombres se reúnen y viven en sociedad? A este fenómeno Aristipo lo explica por el placer que le genera al individuo el relacionarse con el prójimo.
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La Escuela Cirenaica de Filosofía, denominada así a causa de la ciudad de Cirene, en la que se fundó, se desarrolló aproximadamente desde el 400 hasta el 300 a.C., y tenía como principio más distintivo el hedonismo, o la doctrina de que el placer es el bien mayor. Se dice generalmente que la escuela deriva sus doctrinas de Sócrates por un lado, y del sofista Protágoras por el otro. De Sócrates, por una tergiversación de la doctrina de que la felicidad es el sumo bien, derivó la doctrina de la supremacía del placer, mientras que de Protágoras adoptó su teoría relativista del conocimiento. Aristipo (floreciendo c. 400 a.C.) fue el fundador de la escuela, y contó entre sus seguidores a su hija Areta y a su nieto Aristipo el Joven. Los cirenaicos comenzaron su indagación filosófica coincidiendo con Protágoras en que todo conocimiento es relativo. Es verdadero, decían, aquello que aparenta ser verdadero; de las cosas en sí nada podemos conocer. A partir de esto, se vieron llevados a sostener que podemos conocer únicamente nuestros sentimientos, o la impresión que las cosas producen en nosotros. Al transferir esta teoría del conocimiento a la discusión del problema de la conducta, y asumir, según se ha dicho, la doctrina socrática de que el fin principal de la conducta es la felicidad, concluían que la felicidad debe obtenerse generando sentimientos placenteros y evitando los dolorosos. El placer es, entonces, el objetivo capital en la vida. El hombre bueno es aquel que obtiene o se empeña en obtener el máximo de placer y el mínimo de dolor. La virtud no es un bien en sí misma; es un bien solo como medio para obtener el placer. Este último punto suscita la pregunta: ¿qué entendían por placer los cirenaicos? Eran sin duda sensualistas, pero no es del todo exacto que por placer significaran únicamente el placer sensible. Hacían referencia a una jerarquía de placeres en la que los placeres corporales están subordinados a la virtud, conocimiento, goce estético, que pertenecen a la naturaleza superior del hombre. Algunos de los cirenaicos posteriores redujeron el placer a un estado meramente negativo, sin sufrimiento; y otros, aún más tardíos, reemplazaban el placer por "jovialidad e indiferencia". La verdad parece radicar en que en este, como en muchos otros casos, el sensualismo se satisfacía con un sistema superficial y laxo. No había consistencia en la teoría cirenaica de la conducta; probablemente no se buscaba ninguna. En verdad, a pesar del ejemplo de los fundadores de la escuela, los cirenaicos posteriores cayeron muy por debajo de lo que se esperaba de los filósofos, incluso en Grecia, y su doctrina devino un mero conjunto de máximas para justificar el modo de vida indolente de hombres cuyo fin supremo en la vida era un pasar placentero. En el mejor de los casos, la filosofía cirenaica apenas puede ser considerada un sistema ético. Sustituían el bien y el mal por el placer y el dolor, sin referencia, directa o indirecta, a la obligación o el deber. En algunos puntos de su doctrina, la escuela desciende a los lugares comunes, como cuando justifica la obediencia de la ley reparando en que la observancia de la ley del territorio evita el castigo, y que uno debe actuar honestamente porque así incrementa la cantidad de placer. Los cirenaicos posteriores hicieron causa común con los epicúreos. De hecho, la diferencia entre estas dos escuelas era cuestión de detalles, no de principios fundamentales.

La Escuela Cirenaica, una de las "escuelas socráticas menores" que se desarrolló durante el siglo IV a.C., fue fundada por Aristipo de Cirene, aunque la sistematización de sus afirmaciones se la debemos a su nieto, Aristipo "El Joven". Al igual que sus pares de las Escuela Cínica y de la Escuela Megárica, los cirenaicos sostenían que la felicidad es la tranquilidad que se obtiene por el autodominio. Por "bien" entendían placer inmediato y, en este sentido, se los considera hedonistas. Su hedonismo no parte del deseo de llevar una vida voluptuosa sino de la indagación en los fundamentos del valor. Influidos por el relativismo de Protágoras, entendían el conocimiento desde una óptica sensista y subjetivista. A las ideas y a los conceptos los tenían por inseguros y dudosos. Por eso no compartían el punto de vista de quienes pretendían fundamentar el valor en meras especulaciones. Por el contrario, encontraban en el placer —que se percibe inmediatamente en la experiencia sensible— la garantía del valor, su evidencia. Hirschberger dice que el hedonismo de la escuela de Cirene “tiene una base epistemológica sensista”. La hija de Aristipo de Cirene, Areta, fue fiel discípula de su padre. Ella formó en las doctrinas cirenaicas a su hijo Aristipo "El Joven". El principal discípulo de Aristipo "El Joven" fue Teodoro "El Ateo", influido también por el cinismo, quien refutó las creencias griegas sobre los dioses. Un miembro de la escuela, Hegesías, derivó desde el hedonismo hacia un pesimismo extremo (cosa que Kierkegaard entendería como previsible y lógica). A Hegesías lo llamaban "El Predicador de la Muerte". Exhortaba a los hombres al suicidio y fue por eso encerrado en la cárcel por Ptolomeo Lago. Escribió Sobre el suicidio por el ayuno. Aníceris (que según algunos fue quien compró y liberó a Platón cuando había sido vendido como esclavo luego de su primer viaje a Sicilia) no se plegó al pesimismo de Hegesías, sosteniendo que si no se podía alcanzar el placer —como él afirmaba— al menos se podían alcanzar otros valores como la amistad y el patriotismo. Las distintas corrientes que se originaron en la Escuela de Cirene llevaron a algunos a distinguir entre cireneos (seguidores de Aristipo), hegesíacos (seguidores de Hegesías), anicerios (seguidores de Aníceris) y teodorios (seguidores de Teodoro).
Los cirenaicos pueden considerarse antecesores de los epicúreos, pero se diferencian de éstos porque su concepción del placer es dinámica, en cuanto búsqueda del goce corporal y sensible. El autodominio, ideal compartido por todas las escuelas socráticas, era entendido por ellos como la administración de los placeres (utilizar las circunstancias para conseguir el placer, sin dejarse dominar por el deseo de obtenerlo). La escuela cirenaica también mantuvo relación con algunos discípulos de Fedón, los llamados eretrienses.A pesar de los esfuerzos de los fundadores por no caer en posturas fáciles, los cirenaicos posteriores transformaron las doctrinas de la escuela en meras justificaciones de la vida indolente de los que sólo buscan su propio placer.

"La civilización y el impulso creativo" de Killing King Abacus no. 1

NOTA DEL HEDONISTA: OTRA TRADUCCION DEL HEDONISTA AHORA PARA AÑADIR MAS TEXTOS CRITICOS DEL PRIMITIVISMO. ESTE EN PARTICULAR CRITICA EL MORALISMO AMBIENTALISTA DEL PRIMITIVISMO, LAS CREENCIAS "ESPIRITUALES" CUASI-RELIGIOSAS DE ALGUNXS EN EL PERO SOBRE TODO SU INTENTO DE SURPIMIR LAS POSIBILIDADES CREATIVAS DE LXS INDIVIDUXS. PROXIMAMENTE EN ESTA LINEA EL HEDONISTA TRADUCIRA EL TEXTO "PRIMITIVES AND EXTROPIANS" DE hAKIM BEY QUE DESARROLLA UN SIMILAR ARGUMENTO.

DE TODAS FORMAS HABLANDO MAS POSITIVAMENTE AKI ES IMPÒRTANTE EL ARGUMENTO Y EL DESARROLLO DEL TEMA DE LA CREATIVIDAD EN LA VIDA COTIDIANA (EN LENGUAJE SITUACIONISTA "CREACION DE SITUACIONES").

No acepto el concepto de una “naturaleza humana” esencial-o cualquier rasgo esencial que unifica a todxs lxs humanxs y que “nos” separan de otras criaturas. Sin embargo, pienso que para los humanos, el disfrute pleno de la vida depende de la actividad creativa y la experimentación por medio de la cual transformamos nuestro ambiente. Carecemos de rápidas armas como garras, colmillos y cuernos, etc., pero tenemos un cerebro capaz de imaginar cosas asombrosas. Claramente el mayor disfrute en la vida para el individuo humano puede ser encontrado en la experimentación lo menos restringida y mas abierta posible de nuestros impulsos creativos.

Desafortunadamente, gran parte de la tendencia anti-tecnología, anti-civilización se ha visto enredada en una ideología ambientalista / ecologista radical que condena la libre expresión de nuestros impulsos creativos y experimentales. Vistos bajo la luz de los efectos desastrosos del sistema tecnológico, esta es una reacción comprensible, pero eso es todo lo que es-una reacción-no una respuesta inteligente. Este matrimonio de la teoría anti-civilización con la ideología ambientalista radical casi ha ahogado en un pantano de moralismo y auto-sacrificio a la posibilidad de hacer esta teoría inteligentemente. Nuestros impulsos creativos y experimentales tienen que ser suprimidos y sometidos a la “Naturaleza”-esto es una concepción metafísica y muy civilizada que tenemos de aquello que existe fuera de la civilización. De acuerdo con la moral, lo “natural” es bueno y lo “artificial” es malo, y la artificialidad de esta dicotomía pasa completamente desapercibida. Pero ¿debería nuestro impulso a crear y experimentar ser culpado de este enredo que llamamos civilización? O ¿estos son victimas de constreñimientos que nos han encadenado a un sistema de autoridad que suprime toda creatividad que no pueda canalizar hacia la reproducción social?

Cuando las interacciones autocreadas entre los individuos son desplazadas por relaciones sociales basadas en roles que designan funciones dentro de una sociedad, parece inevitable que ciertos roles tomaran responsabilidad creciente por, y así mas control sobre, la reproducción social. En otras palabras, la autoridad se desarrolla. Puede ser que la autoridad se desarrolla precisamente debido a que expresiones sin restricciones del impulso creativo y de experimentación ponen en peligro la estabilidad social. En todo caso, la energía creativa, aunque continua residiendo en el individuo, ya no pertenece al individuo, sino pertenece a la sociedad-la cual, en la practica, significa las autoridades que controlan la sociedad, que dirigen esta energía, este impulso, hacia la reproducción social.

La tecnología es un sistema inmenso, un entero paisaje social, que reprime el impulso creativo de los individuos manteniéndolo dentro de su dominio. El impulso creativo mueve a los individuos a crear herramientas y métodos que les permite obtener lo que desean con mayor facilidad o placer, pero estas herramientas y métodos no hacen un sistema tecnológica, debido a que están en servicio del individuo. Dentro de un contexto social, herramientas y métodos aparecerán que no tendrán nada que ver con realizar los deseos de los individuos, sino para reproducir el contexto social. En tanto servir este propósito, estos convergen en un sistema de herramientas y métodos mutuamente dependientes e interactivos entre si. Es este sistema y sus productos que pueden ser realmente llamados tecnología. Aunque este sistema no existe en tanto realizar las necesidades de individuos, si crea una dependencia sobre los individuos para su supervivencia, debido a que esto es necesario para mantener a los individuos dentro de la reproducción social. Y esta sobrevivencia se separa de y en ultima instancia se opone a la vida intensa y de disfrute. (La agricultura duplico el tiempo que tenia que ser dedicado a la producción de necesidades básicas y puso a estas actividades bajo un estricto horario de acuerdo a las estaciones, haciendo incuestionablemente de estas actividades trabajo. La revolución industrial aumento drásticamente el trabajo e intensifico la rigidez de su horario). El tedio producido por este sistema, que comienza por constreñir la energía creativa, finalmente la suprime, transformándola en mera productividad. La tecnología y la civilización no tienen su origen en el impulso creativo y de experimentación, sino en la necesidad de las autoridades para constreñir este impulso para mantener la reproducción y el control social.

Pero el orden social civilizado con su base material tecnológica no puede completamente suprimir este impulso experimental, creativo debido a que por un lado necesita creatividad domesticada y canalizada para reproducirse y expandirse, y debido a que algunos individuos simplemente no dejan que su impulso creativo sea completamente suprimido. En tanto la civilización se ha expandido en una totalidad globalmente dominante, se ha hecho necesario que se encuentre un lugar para estos individuos. El arte era originalmente una tecnología-un sistema integrado de herramientas y métodos usados en el proceso de reproducción social. Era en su mayoría usado en la propaganda ritual y política. En la era moderna temprana (los siglos XVI y XVII), la función del arte comenzó a cambiar. Aunque los artistas continúan, todavía ahora, creando trabajos para iglesias y instituciones políticas, así como para aquellos con la riqueza para comprar su habilidad y creatividad, el arte es ahora generalmente visto como una área para la expresión creativa individual. Los artistas imaginan que su impulso creativo ha sido liberado de su sujeción a la reproducción social. Pero esta “actividad liberada” solo es permitida dentro para existir en un espacio separado y especializado, un espacio separado de la vida cotidiana. En sus vidas diarias, los artistas continúan usando dinero, pagando la renta, usualmente manteniendo “trabajos normales”-viviendo como asimilados miembros de la sociedad. Y ¿Qué de este espacio separado, arte? Los artistas (incluyendo a los poetas y músicos) generalmente se vieron a si mismos como una elite creativa, exhibiendo un sentido de auto-importancia que los hacia insoportables. Esto no era una mera excentricidad de personalidad. Va con el rol social de “artista”, debido a que aunque su función haya cambiado, el arte se mantiene como una actividad de la reproducción social. Mantiene a la actividad creativa como un espacio de especialistas-otra gente lo ha tomado temporalmente como un hobby, pero solamente los pocos “verdaderamente creativos” pueden ser realmente artistas. Así el arte produce una tendencia en la mayoría de la gente para suprimir su propia creatividad en tanto inadecuada o la canaliza a la producción de artefactos irrelevantes para el consumo pasivo de los “sin talento”.

La alineación de los individuos de su impulsos creativos que es necesario para el ascenso y el mantenimiento de la civilización tiene otra manifestación. La energía creativa que esta sometida viene a ser atribuida a un “espacio mas arriba”. Dentro de un contexto de sociedad como lo conocemos, esta energía solo parece expresarse a si misma muy ocasionalmente y en vías muy dirigidas. Las múltiples diversas pequeñas expresiones de creatividad que todxs podemos recuperar como momentos en nuestras vidas no son reconocidos como creativos debido a que no están separados de la vida. Así es muy fácil atribuir energía creativa a la inspiración, a la supuesta revelación de un espacio espiritual. En este espacio, bajo el titulo de “dios” al que se le pone como “creador”-la fuente de toda la creación. Nuestros impulsos creativos y experimentales no son nuestros, sino supuestamente un regalo de dios a ser usados de acuerdo con su voluntad. La experimentación por fuera de los parámetros determinados por la divinidad es arrogancia, pecado o crimen diabólico. La religión (incluyendo a la “espiritualidad”, la cara mas “en onda” y tierna de la religión) se desarrollo como un medio para poner en marcha los limites necesarios para la reproducción social. Dentro de un contexto social dado, lo que “dios” permite será aquello que es visto como necesario o útil para la reproducción de ese contexto social. Así, por ejemplo, muchos cristianos ven a las armas nucleares como un regalo de dios, pero consideran a métodos creativos de robo o a practicas sexuales inusuales como pecaminosas y arrogantes. Muchos ambientalistas radicales son también religiosos, abrazando sistemas de creencia neo-paganos o animistas, En sus sistemas de creencia, “dios” se convierte en “naturaleza”. La arrogancia consiste en crear “en contra de la naturaleza”. Para los seguidores de estas religiones de la naturaleza, mucho es prohibido que no es prohibido en las religiones mayoritarias y viceversa, pero los dos están de acuerdo que la energía creativa no pertenece al individuo para que lo use como ella quiera, pero será usada solo en servicio para la deidad.

En tanto afirmar que es posible usar el impulso creativo “en contra de la naturaleza”, los ambientalistas radicales necesitan hacer de la “naturaleza” una entidad metafísica que podamos desafiar. Pero “la naturaleza” es solo una conveniente forma para la suma de los seres, acciones e interacciones que hacen este mundo. Así, la civilización y su tecnología no son “innaturales”. El problema con la civilización y el sistema tecnológico es que estos existen solo por medio de suprimir el impulso creativo individual para crear y experimentar, forzándolo dentro de un estrecho conducto de la reproducción social. El sistema social civilizado siempre ha ido en detrimento al desarrollo pleno de los individuos como creadores de sus propias vidas e interacciones-de hecho siempre ha suprimido este desarrollo a través de la combinación de ataques directos y manipulaciones sutiles pero seguras. Pero ahora ha llegado al punto en donde la civilización pone en peligro a nuestra salud y nuestra misma existencia y nos esta robando una asombrosa riqueza de diversas interacciones por medio de transformar el mundo en una maquina homogénea-una maquina que talvez ya no necesitara creatividad real en si, sino que hará que este sea sumergido completamente en la productividad y el consumo de mercancías.

El impulso creativo, de exploración y de experimentación muy seguramente existe en todos los humanos y en muchos otros mamíferos. Talvez exista en todo ser viviente en algún nivel. De todas formas muchas sociedades humanas nunca se desarrollaron en civilizaciones con sistemas tecnológicos complejos. Ningún otro mamífero ha desarrollado semejante monstruosidad. Esto muestra que el impulso creativo puede ser ejercido en formas que no producen sistemas de ese tipo. De hecho, aquellos de nosotrxs que queremos poder en plenitud crear por nosotrxs mismxs nuestras vidas e interacciones, que no queremos pasar nuestras vidas como ruedas de una maquina social, y que, en tanto, queremos destruir esta maquina en su totalidad, transformando a la civilización y su tecnología en ruinas; tenemos que comprender este impulso, esta energía, como nuestra, posiblemente nuestra arma mas esencial en la guerra contra la sociedad. La actividad creativa y la experimentación sin limites en las manos de individuos, usadas para su propio placer, no debe ser temida. Esta actividad no creo a la civilización actual y no creara ningún otra civilización futura. Y la destrucción de la civilización, este sistema de control social que esta sofocando al planeta, y la creación de nuestras vidas e interacciones como tan completamente nuestras que no puedan ser socializadas, sistematizadas o en algún otra forma alienadas de nosotrxs; requerirá exploraciones y experimentaciones con lo posible que vayan mas allá de cualquier cosa que hayamos intentado.

lunes, 6 de julio de 2009

El Único - un manifiesto x The Anomalous Union of Schizoversive Egoists

NOTA DEL HEDONISTA: AKI UNA TRADUCCION QUE EL HEDONISTA ACABA DE HACER DE UN EXCELENTE TEXTO QUE SALIO EN Anarchy Magazine: A Journal of Desire Armed Y SE PUEDE ENCONTRAR EN INGLES EN http://www.geocities.com/kk_abacus/unique.html

En forma que me extraña, los que buscan ser parte de la especie-hippies en LSD por la unidad o grupos ultra izquierdistas comunistas...Ellos no ven que el ser parte de la especie es capitalista, lo que es decir, del objetivo social...

El Único-aquel que ha ido mas allá de su humanidad sin significado-las banalidades que comparte con cada humano-para crear su propia vida, su propio mundo, por si mismx...

Esto es autenticidad-el crear su propia vida activamente. El Único vive sin culpa, moralidad, excusas, disculpas, humanidad, identidad, pasado, futuro.

El Único no sabe de pesares por cosas no hechas, porque siempre el riesgo es tomado. El no sabe de culpa o vergüenza por lo que es hecho, debido a que el lo hace intencionadamente.

Todas las interacciones son concientemente creadas-con intención-la única razón: para aumentar el placer y la intensidad de la vida.

Para algunxs, El Único aparece como un anarquista, debido a que desafía a la autoridad en todas sus formas cuando esta se pone en su camino.

Para otrxs, aparece como elitista, debido a que rechaza el ponerse abajo debido a la estupidez o la debilidad de otrxs o debido a demandas liberales, moralistas por la igualdad mediocre.

La rebelión de El Único es aristocrática en el sentido nietzschechiano-una rebelión del malgasto, de el tomarse por unx mismx el completo disfrute de la vida en todos sus aspectos-incluyendo el disfrute de otrxs.

No es una rebelión del sacrificio, esto debido a que El Único no dará nada por ninguna causa...

Tampoco es una rebelión del resentimiento- El Único nunca demanda que nadie se baje hasta el mas bajo común denominador de la humanidad-¿Quién quiere la “autogestión” comunal, democrática de la miseria y la mediocridad cuando unx puede experimentar la intensidad y la pasión de los amores y odios, las uniones y conflictos de los Únicos creando su deseo?

El Único esta motivado por una “voluntad de poder”-una voluntad de poner en practica el poder de la auto creación perpetua para su propio disfrute. El contexto social parodia esta voluntad con la voluntad de ejercer el poder de la dominación y la manipulación-la voluntad de controlar las vidas de otrxs debido a que unx carece del coraje de crearse una vida propia. El Único sabe que la dominación social no es una forma de auto creación, sino meramente esclavitud a un rol social.

El Único no caerá por ninguna de las medidas a medias ofrecidas por la sociedad: “riqueza” financiera que es solo otra cara de la pobreza, el “poder” político que es solo otra cara de la debilidad; el “amor” romántico y el sentimentalismo que son las caras pálidas de las interacciones sociales pre-hechas...Esto debido a que su codicia por la vida no tiene limites y abarcara el universo.