martes, 7 de julio de 2009

Filosofía cirenaica


NOTA DEL HEDONISTA: TAL COMO EL EPICUREISMO FUE CENSURADO POR LOS CRISTIANOS Y POSTERIORES MORALISTAS, SUS COLEGAS HEDONISTAS LOS CIRENAICOS TAMBIEN LO FUERON Y EN TANTO AKI ESTA EL HEDONISTA PARA DIFUNDIR ESTAS COSAS. AKI PUES ENCONTRAMOS UNOS BUENOS ANTECESORES DEL PENSAMIENTO Y FORMA DE VIDA QUE PROMUEVE EN ESTE "HUMILDE" BLOG EL HEDONISTA. EL QUE ESTA ACA ALADO SUPUESTAMENTE ES ARISTIPO DE CIRENE, EL PRINCIPAL FILOSOFO CIRENAICO. encontrado en http://proyectotelemaco.wikispaces.com/filosofia.helenistica.cirenaica

La escuela cirenaica fue fundada por Aristipo de Cirene, que fue discipulo de Socrates. Esta escuela se baso fundamentalmente en la ética, y dicen que el bien se identifica con el placer, aunque este debe entenderse como el pacer espiritual. La felicidad segun Aristipo consistes en librarse de toda inquietud, siendo esta la vida para lograr la autarquia.
En cuanto a la teoria del conocimientos, los cirenaicos defendieron y subjetivista.
Esta educacion se prolongo hasta el periodo helenistico.
Ahora incluimos el señor I.B.S. Y R.A.Y. la vida y obra del fundador de esta escuela, Aristipo de Cirene.

Aristipo nació en Cirene en el año 435 a.C. y murió en el 350. Estudió las obras de los sofistas y luego se trasladó a Allí se Atenas transformó en discípulo de Socrates
Luego de la muerte de Sócrates, fundó una escuela de Filosofía en su ciudad natal. A diferencia de su maestro, Aristipo cobraba sumas considerables por sus enseñanzas.
Al igual que Platon —pero con mejor suerte— visitó a Dionisio, tirano de Siracusa . Éste lo distinguió brindándole una vida lujosa e importantes retribuciones económicas. Sin embargo, Aristipo no pretendió intervenir allí en cuestiones de estado. Siempre mantuvo distancia de la actividad política, incluso en su ciudad natal. Decía que se consideraba un extranjero hasta en su propia tierra.
De los sofistas heredó una gnoseología escéptica: «Sólo podemos estar seguros de las sensaciones.» Consideraba incognoscibles a las cosas tal como son en sí mismas. Por ello no podía sostener como ideal de vida la racionalidad y la Ciencia. Por el contrario, era partidario de basar la vida en las impresiones, único dato seguro. Si nos atenemos a lo que éstas nos dicen, encontraremos que el bien es el placer y que sólo él puede servir como medida para juzgar los demás valores. El placer es un "movimiento suave", a diferencia del dolor que es un "movimiento áspero". Para conseguir el placer hace falta sabiduría y prudencia. Ellas señalan al hombre lo que le conviene, enseñándole a evitar no sólo el dolor sino también aquellos placeres que son causa de dolor. No hay entonces peor mal que la ignorancia.
Sin embargo, si el placer es individual, ¿por qué los hombres se reúnen y viven en sociedad? A este fenómeno Aristipo lo explica por el placer que le genera al individuo el relacionarse con el prójimo.
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La Escuela Cirenaica de Filosofía, denominada así a causa de la ciudad de Cirene, en la que se fundó, se desarrolló aproximadamente desde el 400 hasta el 300 a.C., y tenía como principio más distintivo el hedonismo, o la doctrina de que el placer es el bien mayor. Se dice generalmente que la escuela deriva sus doctrinas de Sócrates por un lado, y del sofista Protágoras por el otro. De Sócrates, por una tergiversación de la doctrina de que la felicidad es el sumo bien, derivó la doctrina de la supremacía del placer, mientras que de Protágoras adoptó su teoría relativista del conocimiento. Aristipo (floreciendo c. 400 a.C.) fue el fundador de la escuela, y contó entre sus seguidores a su hija Areta y a su nieto Aristipo el Joven. Los cirenaicos comenzaron su indagación filosófica coincidiendo con Protágoras en que todo conocimiento es relativo. Es verdadero, decían, aquello que aparenta ser verdadero; de las cosas en sí nada podemos conocer. A partir de esto, se vieron llevados a sostener que podemos conocer únicamente nuestros sentimientos, o la impresión que las cosas producen en nosotros. Al transferir esta teoría del conocimiento a la discusión del problema de la conducta, y asumir, según se ha dicho, la doctrina socrática de que el fin principal de la conducta es la felicidad, concluían que la felicidad debe obtenerse generando sentimientos placenteros y evitando los dolorosos. El placer es, entonces, el objetivo capital en la vida. El hombre bueno es aquel que obtiene o se empeña en obtener el máximo de placer y el mínimo de dolor. La virtud no es un bien en sí misma; es un bien solo como medio para obtener el placer. Este último punto suscita la pregunta: ¿qué entendían por placer los cirenaicos? Eran sin duda sensualistas, pero no es del todo exacto que por placer significaran únicamente el placer sensible. Hacían referencia a una jerarquía de placeres en la que los placeres corporales están subordinados a la virtud, conocimiento, goce estético, que pertenecen a la naturaleza superior del hombre. Algunos de los cirenaicos posteriores redujeron el placer a un estado meramente negativo, sin sufrimiento; y otros, aún más tardíos, reemplazaban el placer por "jovialidad e indiferencia". La verdad parece radicar en que en este, como en muchos otros casos, el sensualismo se satisfacía con un sistema superficial y laxo. No había consistencia en la teoría cirenaica de la conducta; probablemente no se buscaba ninguna. En verdad, a pesar del ejemplo de los fundadores de la escuela, los cirenaicos posteriores cayeron muy por debajo de lo que se esperaba de los filósofos, incluso en Grecia, y su doctrina devino un mero conjunto de máximas para justificar el modo de vida indolente de hombres cuyo fin supremo en la vida era un pasar placentero. En el mejor de los casos, la filosofía cirenaica apenas puede ser considerada un sistema ético. Sustituían el bien y el mal por el placer y el dolor, sin referencia, directa o indirecta, a la obligación o el deber. En algunos puntos de su doctrina, la escuela desciende a los lugares comunes, como cuando justifica la obediencia de la ley reparando en que la observancia de la ley del territorio evita el castigo, y que uno debe actuar honestamente porque así incrementa la cantidad de placer. Los cirenaicos posteriores hicieron causa común con los epicúreos. De hecho, la diferencia entre estas dos escuelas era cuestión de detalles, no de principios fundamentales.

La Escuela Cirenaica, una de las "escuelas socráticas menores" que se desarrolló durante el siglo IV a.C., fue fundada por Aristipo de Cirene, aunque la sistematización de sus afirmaciones se la debemos a su nieto, Aristipo "El Joven". Al igual que sus pares de las Escuela Cínica y de la Escuela Megárica, los cirenaicos sostenían que la felicidad es la tranquilidad que se obtiene por el autodominio. Por "bien" entendían placer inmediato y, en este sentido, se los considera hedonistas. Su hedonismo no parte del deseo de llevar una vida voluptuosa sino de la indagación en los fundamentos del valor. Influidos por el relativismo de Protágoras, entendían el conocimiento desde una óptica sensista y subjetivista. A las ideas y a los conceptos los tenían por inseguros y dudosos. Por eso no compartían el punto de vista de quienes pretendían fundamentar el valor en meras especulaciones. Por el contrario, encontraban en el placer —que se percibe inmediatamente en la experiencia sensible— la garantía del valor, su evidencia. Hirschberger dice que el hedonismo de la escuela de Cirene “tiene una base epistemológica sensista”. La hija de Aristipo de Cirene, Areta, fue fiel discípula de su padre. Ella formó en las doctrinas cirenaicas a su hijo Aristipo "El Joven". El principal discípulo de Aristipo "El Joven" fue Teodoro "El Ateo", influido también por el cinismo, quien refutó las creencias griegas sobre los dioses. Un miembro de la escuela, Hegesías, derivó desde el hedonismo hacia un pesimismo extremo (cosa que Kierkegaard entendería como previsible y lógica). A Hegesías lo llamaban "El Predicador de la Muerte". Exhortaba a los hombres al suicidio y fue por eso encerrado en la cárcel por Ptolomeo Lago. Escribió Sobre el suicidio por el ayuno. Aníceris (que según algunos fue quien compró y liberó a Platón cuando había sido vendido como esclavo luego de su primer viaje a Sicilia) no se plegó al pesimismo de Hegesías, sosteniendo que si no se podía alcanzar el placer —como él afirmaba— al menos se podían alcanzar otros valores como la amistad y el patriotismo. Las distintas corrientes que se originaron en la Escuela de Cirene llevaron a algunos a distinguir entre cireneos (seguidores de Aristipo), hegesíacos (seguidores de Hegesías), anicerios (seguidores de Aníceris) y teodorios (seguidores de Teodoro).
Los cirenaicos pueden considerarse antecesores de los epicúreos, pero se diferencian de éstos porque su concepción del placer es dinámica, en cuanto búsqueda del goce corporal y sensible. El autodominio, ideal compartido por todas las escuelas socráticas, era entendido por ellos como la administración de los placeres (utilizar las circunstancias para conseguir el placer, sin dejarse dominar por el deseo de obtenerlo). La escuela cirenaica también mantuvo relación con algunos discípulos de Fedón, los llamados eretrienses.A pesar de los esfuerzos de los fundadores por no caer en posturas fáciles, los cirenaicos posteriores transformaron las doctrinas de la escuela en meras justificaciones de la vida indolente de los que sólo buscan su propio placer.

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