domingo, 19 de abril de 2009

Raíces del renacimiento comunal de 1962-1966

x Timothy Miller

Original en: http://www.thefarm.org/lifestyle/root1.html

Uno de los grandes florecimientos del comunitarianismo en América [Estados Unidos] llegó con la era de los hippies en los años 60 y los primeros años 70. Las comunas rurales hippies llamaron la atención de los medios de comunicación, llenas de oportunidades para conseguir buenas fotos, anécdotas salvajes, y la gente con pintas más raras que la mayoría de los americanos habían visto en su vida. La cobertura de la prensa fue masiva de 1969 hasta 1972, y surgió pronto una cadena de libros populares, la mayoría de ellos eran libros de viajes sobre las visitas de los autores a las comunas. Eventualmente emergió también todo un campo de erudición.

Un tema común a toda esa cobertura y erudición, sin embargo, era extrañamente erróneo. Caso tras caso, los observadores del nuevo comunalismo que intentaban explicar los orígenes de las comunas concluían que eran productos de la decadencia de la vida urbana hippie en Haight-Ashbury, East Village, y otros enclaves. Los centros urbanos hippies, según estas tesis, pudieron haber sido brevemente felices centros de paz y amor y de conciencia expandida, pero ellos pronto se convirtieron en pozos negros de drogas duras, crimen callejero, y de represión oficial de las formas de vida disidentes. Los hippies en este punto huyeron a los cómodos recintos del campo, en donde construyeron comunas como nuevos lugares para trabajar por la visión hippie.

Ejemplos de esta explicación de los orígenes del comunalismo hippie abundan en obras populares y eruditas. Maren Lockwood Carden, por ejemplo, al escribir en 1976, dice que las primeras comunas hippies " fueron creadas dentro de las áreas urbanas en las que ya vivían, " y que esto comenzó en 1966 "y especialmente durante 1967 y 1968, tales comunidades hippies abandonaron la ciudad." Helen Constas y Kenneth Westhues pretendieron rastrear la historia de la contracultura " desde sus principios carismáticos de los viejos bohemios urbanos a su localización actual en comunas rurales, " concluyendo que las " comunas significan la rutinización del hippismo."

Realmente, sin embargo, las nuevas comunas comenzaron a aparecer antes de que hubiera una cultura total claramente reconocible como hippie, y mucho menos una en decadencia; representaban una nueva cosecha de la venerable tradición americana que era mucho más grande que la cultura alternativa, una parte de la cual ha implicado la vida comunal. Catalizadas por los movimientos de la cultura americana de los últimos años 50 y los primeros años 60, las comunas hippies no eran, al principio, productos del hippismo, sino los crisoles que desempeñaron un papel importante en formar y definir la cultura hippie. Es decir los hippies urbanos no crearon las primeras comunas hippies; estaría más cerca de la verdad decir que las primeras comunas ayudaron a crear a los hippies. Mientras que ciertas comunas fueron fundadas de hecho por hippies que huían de las ciudades, éstos eran johnnies - recién llegados a la escena comunal hippie. ¿Cuándo aparecieron los primeros hippies?

Un argumento que la nueva ola de las comunas rurales esgrime sobre el crecimiento de los hippies urbanos depende de la presuposición de que los hippies no estuvieron presentes, como movimiento reconocible, en las ciudades americanas hasta la segunda mitad de los años 60. Por supuesto nadie puede señalar el momento exacto en el que el primer hippie apareció en la esquina de las calles Haight y Ashbury. Los hippies evolucionaron de los beats de los años 50 y de los bohemios de las décadas anteriores, pero sería difícil verles unidos como movimiento social diferenciado antes de 1966. Los Diggers de San Francisco, altruistas que ayudaban a los hippies en penuria a sobrevivir y cuyos domicilios eran a veces más o menos comunales, comenzaron a tomar una clara forma en ese año. Aunque el LSD, cuyo uso se convirtió en un pilar de la experiencia hippie, había sido descubierto por algunos pioneros culturales (entre ellos Timothy Leary y Ken Kesey) algunos años antes, no se convirtió en un símbolo y vehículo del rechazo a la cultura dominante hasta mediados de la década, cuando Kesey efectuó un año de Pruebas Acidas (Acid Tests) de noviembre de 1965 a octubre de 1966.

El término " hippie ", que parece haber sido acuñado a finales de 1965, era absolutamente oscuro incluso en 1967; no aparece en tales libros pioneros de la nueva cultura disidente hasta que el de J. L. Simmons y Barry Winograd It's Happening y el de John Gruen The New Bohemia (ambos publicados en 1966). Para mediados de 1967, sin embargo, todo el mundo sabía quiénes eran los hippies. La guía del lector (Reader's Guide) de 1966-67 no tiene ningún significado para el término " hippie "; el volumen de 1967-68 tiene más de una columna dedicada a ellos. En suma, parecería justo concluir que el fenómeno cultural de los hippies comenzó a adquirir características claras y distintivas en 1966 y que enormemente familiar al público en general para el año siguiente.

Pero comunas que eran hippies ya existían para entonces. Drop City, un verdadero prototipo del comunalismo hippie, fue creada en mayo de 1965; otra comunidad con una orientación notablemente hippie, Tolstoy Farm, dos años después. Ken Kesey y sus Merry Pranksters emprendieron su famoso viaje en autobús en 1965 y se establecieron después en una libre existencia comunal en California y Oregon más tarde. La comunidad Fort Hill de Mel Lyman adoptó la vida comunal en 1966 en Boston, y se había estado moviendo hacia ese modelo desde que Lyman había comenzado a atraer seguidores en el área de Boston cerca de 1963. Estas comunas habían estado desarrollando nuevos modelos subculturales y ayudaban a formar las características del emergente movimiento hippie.

Por otra parte, otras comunas que no eran la " hippies ", pero que en algunos casos influyeron a los hippies, fueron también establecidas en esa época. El comunalismo religioso, un tema clave en la historia americana, fue una parte del contexto, con grupos dedicados a diversas creencias como el catolicismo, varias religiones del este, y la tradición Anabaptista que prosperaban en los primeros años 60. Había también comunidades seculares dedicadas a la política radical, al anarquismo, a la libertad sexual, al reparto del trabajo, a la creación de artes y oficios, al desarrollo de la tierra, a la pertenencia étnica, y a un deslumbrante arsenal de visiones de profetas y de seres extravagantes. Mientras que el comunitarianismo americano ha tenido históricamente períodos más fuertes y más débiles, ha sido un tema habitual en la vida americana durante más de tres siglos, y había mucho de eso allí cuando una nueva generación de disidentes decidió darle un giro.
Esto no significa que cada nueva comuna estudia deliberadamente la tradición comunal e intenta construirla. Como recientes estudios han precisado, la mayoría de los grupos comunales tienen una razón de ser independiente y adoptan la vida comunal como vehículo para el logro de metas específicas. Sin embargo, las comunas han tenido una presencia más sustancial y constante en los Estados Unidos de la que muchos se han dado cuenta.

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